Barbara Thoens. El hacking es político
=“Extracto de un texto publicado en obn.org (Alianza Ciberfeminista Internacional, Berlín, Alemania).”
Barbara Thoens es una de las pocas integrantes femeninas del mítico Chaos Computer Club (www.ccc.de), un grupo de hackers alemanes que desde principios de los años ochenta viene realizando congresos anuales para intercambiar información acerca del underground digital. Thoens no se ajusta a los estereotipos: no es un jovenzuelo adicto a los videojuegos ni mucho menos una chica tímida que sublima sus frustraciones amorosas “rascando código". Por el contrario, Barbara es una locuaz, hermosa y simpática mujer que ronda la cuarentena. La primera vez que Barbara asistió a un congreso del Chaos Computer Club (CCC) fue en 1989. “En esa época yo creía que eran reuniones secretas, pero cuando fui me di cuenta de que no era como me imaginaba. En Alemania todo el mundo cree que el CCC es muy misterioso, pero no es más que un mito. Los hackers son muy simpáticos y amistosos.” En ese encuentro Barbara conoció a una de las pocas mujeres que en esa época tenía una presencia activa en el CCC: Rena Tangens.
¿Erais las dos únicas mujeres en ese momento en el CCC? No. Había otras mujeres pero casi todas eran novias de hackers que no estaban realmente interesadas en los ordenadores. Mi comienzo en el CCC fue muy gracioso. Yo había ido sola y después de un tiempo se comenzó a rumorear que era una espía, porque la mayoría de las mujeres iban con sus novios. Yo había aprendido a programar y quería conocerlos, así que les preguntaba el nombre y ese tipo de cosas. Pero para ellos no era algo normal, realmente les molestaba que les hiciera preguntas personales. Ahora ya sé que no es bueno preguntarle el nombre a un hacker cuando lo acabas de conocer.
¿Cómo empezaste a interesarte en el tema del hacking? Bueno, tanto familiar como personalmente estoy relacionada con una tradición de movimientos de izquierda. Cuando era estudiante estuve en diferentes colectivos: de mujeres, anarquistas… No eran grupos organizados, no me gustan ese tipo de organizaciones jerárquicas, sino colectivos más espontáneos. Por entonces siempre estaba buscando la forma de relacionar mis conocimientos de computación con cuestiones humanísticas. Quería entender qué tenían que ver las computadoras con las personas y qué problemas había en esa relación. Cuando entré en contacto con la gente del CCC me di cuenta de que tenía que aprender otras cosas y fue realmente fascinante lo que me enseñaron. Por ejemplo, yo no estaba conectada a ninguna red. En los años ochenta aún no era un fenómeno tan extendido. En el CCC inmediatamente me explicaron cómo conectarme a Internet. Entonces me compré mi primer módem que era de 2.400 bps y tenía una pequeña Atari. Esa misma noche, cuando volví a Berlín, me conecté. Tras instalar el módem mi factura telefónica se incrementó bastante porque empecé a utilizar mi primer mailbox, que era de un servidor de la comunidad CCC que estaba en Holanda. Después pude entrar a otros BBS’s, comencé a intercambiar información y aprendí Unix y C.
¿Qué significa ser hacker para ti? Es una actitud ante la vida, significa que eres curiosa, que vives involucrada con los sistemas de computación y que te interesa averiguar que hay detrás de las cosas. Pero no se trata sólo de cuestiones relacionados con los ordenadores sino de hacer las cosas por ti misma, de darte cuenta de que puedes montar tu propio sistema, fabricar tus propias herramientas. Para mí ésta es una de las cosas más importantes del hacking. El hacking es crear, no destruir, y puedes aprender mucho de eso. El conocimiento esta mucho más conectado con el poder de lo que pensamos. Para mí es muy importante tener acceso al conocimiento y establecer redes para compartirlo. Es realmente bueno tener una comunidad con quien intercambiar estas ideas, creo que puede ser algo realmente subversivo.
¿El hacking es politico? Sí, hackear es político, pero crackear no. Cuando utilizas el hacking como una herramienta para construir información y sistemas de información, puedes mostrar qué hay detrás de esas técnicas, puedes mostrar qué se esconde tras el software mainstream. Lo primero que aprendes es que los sistemas no son seguros del todo. La mayoría de las compañías no lo admiten y tratan de ocultarlo. También puedes mostrar que esos sistemas ocultan información personal vulnerable y muy peligrosa para la gente. Por ejemplo, el software de Microsoft tienen ciertas peculiaridades que la gente no conoce. Algunos productos tienen subprogramas parecidos a troyanos: tú no los ves pero están trabajando en tu ordenador, se meten en tu sistema y extraen información, revisan tu ordenador sin que tú lo sepas. O sea que compras algo que toma el control de tu vida, que se hace con tu información y se la entrega a las compañías a través de Internet. Creo que mostrar lo que el software está haciendo con nosotros y aprender y difundir cómo funciona es una tarea política. En mi opinión, aprender es una cuestión política.
¿Por qué hay tan pocas mujeres hackers? Desde mi punto de vista, la principal razón es que, históricamente, las mujeres han estado un tanto apartadas de las cuestiones técnicas. Hace poco que las mujeres tienen acceso a carreras o materias tecnológicas. Por ejemplo, las mujeres alemanas sólo podemos estudiar en la universidad desde 1916. No es mucho, yo creo que se necesita una tradición más prolongada. En cambio, los hombres llevan mucho más tiempo en esto. Conozco a un montón de chicas del CCC que tienen miedo de no ser tan buenas en cuestiones técnicas. Creo que esta situación guarda relación con las tradiciones culturales y los prejuicios. El problema que tenemos las mujeres no es con el software sino con las cuestiones mas técnicas del hardware, un campo al que, como digo, hemos tenido difícil acceso hasta hace poco. Se necesita tiempo para cambiar esto.
Artículo escrito por Adolfo Antón Bravo y Manuela Villa y publicado en la revista LDNM, número 17, Jul-Ago 2005, en la sección Conocimiento libre